EA fue una de las primeras compañías en sacar las uñas al mercado de segunda mano. No ha sido la única, ya que en mayor o menor medida hay una tendencia a criticar un sector que se considera ‘competencia desleal’. Algunas acciones ya las vimos con la salida de Mass Effect 2. Pero THQ o la misma Ubisoft también se han sumado al carro. Y parece que esto es sólo el principio.
A finales de 2009, Denis Dyack, fundador de Silicon Knights, puso el grito en el cielo durante una conferencia en Londres. Se quejaba del mercado de segunda mano y de cómo alguien podía sacar provecho de un trabajo hecho por él cuando el creador no recibía beneficio alguno. Equiparó el problema al mismo nivel que la piratería, y habló de guerra fría que se estaba combatiendo con los contenidos descargables y con la apuesta por el juego multijugador. Bioware con su Dragon Age: Origins ya potenció la compra del juego nuevo a través de los DLC. Y lo mismo pasó con Mass Effect 2. Contenido descargable gratis para quienes compraran el juego y de pago para quienes adquirieran el juego de segunda mano y, por lo tanto, sin código de descarga.
Al frente de esta cruzada está EA, que tiene entre manos el ‘proyecto 10 dólares’. El gigante norteamericano lo tiene claro: si compras el juego de segunda mano, tendrás que pagar una determinada cantidad de dinero para acceder a los contenidos online del mismo. Un paso más allá del que hemos visto en Mass Effect 2 y Dragon Age. Juegos deportivos como Fight Night, Madden, NHL o el próximo Fifa 11 parece ser que contarán con este sistema de blindaje, con un código unipersonal y de un sólo uso, de cara a la compra de juegos de segunda mano. Aunque parecía que iba a ser EA la primera en dar el paso adelante, THQ pues el UFC Undisputed 2010 ha tomado la delantera y tendrá el dudoso honor de cobrar para el juego en línea en segundos usuarios: cinco dolares a pagar para acceder al online o en caso de xbox live 400MP. El sistema de Ubisoft de obligar a estar conectado a Internet con un código concreto también rema en la misma dirección.
Que el mercado de segunda mano no beneficia directamente a las compañías es un hecho, ya que todo aquel que compre un NBA Live usado no repercute en las arcas de EA, por citar un ejemplo. Aunque en este sentido, las medidas drásticas que se están adoptando tal vez se estén extralimitando. Una cosa es no poder disponer de la misión extra de Zaeed en Mass Effect 2, que no afecta directamente al transcurso y uso del videojuego en sí –es un añadido- y la otra es bloquear el modo online de los juegos deportivos, una parte esencial en la presente generación. Hay diferencias entre incentivar la compra de primera mano y obligarla de manera velada, teniendo en cuenta que prohibir la venta de juegos usados no se puede.
Las compañías juegan con unas cuentas irreales buscando la máxima justificación. Aunque no todo es exactamente como lo proponen. Anrew Oliver, cofundador de Blitz, se quejó esta misma semana sobre el problema que supone para editores y desarrolladores el mercado entre usuarios. Sus números eran que según algunos estudios se puede llegar a vender un juego hasta cuatro veces. Resultado: el dinero recibido por las desarrolladoras queda recibido a un cuarto de lo que debía. Falso. Oliver asevera que, por ejemplo, su Dead to Rights: Retribution –juego de Volatile, uno de los estudios de Blitz que tiene un 62 de media en Metacritic- lo hubieran comprado cuatro personas al precio nuevo si no existiera la segunda mano. Omite, y lo sabe, que seguramente el tercer y el cuarto comprador puedan haberse interesado por él gracias al hecho de tener un precio algo inferior a los 60 dolares y que sin esa posibilidad no se adquiriría.
Es curioso que un mercado como el de segunda mano esté en el ojo del huracán. Y es que la estrategia se puede girar a la contra. Muchos de los juegos que se venden en este tipo de mercados sirven, indirectamente, para el beneficio de la industria. El jugador que se desprende de los productos que ya no utiliza puede, y en muchos casos es así, reinvertir el dinero conseguido para comprar otras novedades. Sirve para retroalimentar el propio mercado original, por lo que esos beneficios que no huele la compañía de turno no es de extrañar que acaben repercutiendo en otras obras.
Otro punto sobre el que pueden reflexionar las editoras y desarrolladoras se encuentra en el precio de los videojuegos. Este ha subido respecto a la pasada generación, y aunque se pudiera intentar justificar en los primeros compases de Playstation 3 y Xbox 360 –en Wii no ha habido una subida como en las otras dos- por los costes de producción y demás, con casi un lustro desde que Microsoft estrenó la ‘next gen’ ya no hay excusas posibles. 70 dolares o mas por juegos que tienen una duración cada vez más discutible son excesivos. Si ya en el mercado de segunda mano hay juegos que se venden a 45 dolares o más, tal vez es el momento de replantearse otras estrategias que beneficien a los usuarios y no les vaya a la contra. Así todos saldrían ganando. Pero no se puede querer frenar el mercado de segunda mano cuando ellos mismos con sus estrategias comerciales lo acaban promoviendo.
esa es mi opinion sobre algo que no estoy deacuerdo, ya que le estan quitando el jugo total a una creacion de ellos que ya viene en el disco y no es lo mismo que compraras el disco ya con el juego online a que saquen un add on para refrescar el juego estoy totalmente en desacuerdo